El estudio bíblico es una práctica significativa y enriquecedora que implica leer, interpretar y reflexionar sobre las escrituras. Ofrece a las personas la oportunidad de profundizar su comprensión de la palabra de Dios, explorar sus enseñanzas y aplicar los principios bíblicos a la vida cotidiana. Ya sea que se haga solo o en grupo, el estudio bíblico fomenta el crecimiento espiritual, proporciona un sentido de comunidad y fortalece la fe. Al estudiar la Biblia, las personas pueden obtener una comprensión de la voluntad de Dios, desarrollar una relación más cercana con Él y encontrar orientación para los desafíos de la vida.